TEMAZCAL: Del Náhuatl Temazcalli, «Temaz»-sudor «Calli»-casa.
Sin duda alguna, esta era una de las experiencias que estaba en mi «lista de cosas por hacer en México antes de morir». Por mil situaciones de conflicto de creencias, falta de tiempo y de conocimiento sobre el tema, nunca me había atrevido a experimentar todo el ritual que se realiza en un temazcal.
El escenario fue cerca de las Pirámides de Teotihuacán y como era la primera vez que vivía esta experiencia, quería que fuera de la manera más tradicional y en la zona donde más historia existe sobre esta actividad.
Para empezar, la idea de estar sin tanta ropa con un grupo de desconocidos, no era del todo cómodo para mi, pero al estar ahí cambió un poco mi perspectiva al ver que todos compartíamos la misma ‘energía’ de querer vivir la experiencia y sentir la esencia de todo el ritual.
Antes de comenzar, a todos nos realizaron una «limpieza con copal» para poder entrar al lugar del temazcal, que es una especie de casa pequeña (en forma de un iglú) de ladrillo rojo, donde todos pueden sentarse en forma semi circular y con un espacio en el centro para las «abuelas» (piedras hirviendo colocadas en forma circular).
Todo el ritual se va manejando mediante «puertas», donde en un inicio se colocan cierto número de ‘abuelas’ para ir vaporizando el lugar con algunos tés especiales y en cada nueva puerta se van añadiendo más.
Al estar dentro, a través de cantos, silencios profundos y con la ayuda de una guía, se va meditando sobre distintos temas de la vida: tu situación con tus antepasados, tus amigos, tus padres, tus hermanos y contigo mismo. Toda esta meditación mientras se van liberando todas las toxinas que contaminan el cuerpo, con las vaporizaciones constantes.
Esta meditación te lleva a una reflexión muy profunda, porque casi nunca nos damos el tiempo para analizar todos esos momentos que nos han hecho daño o nos han alterado alguna emoción de manera positiva o negativa, y al estar dentro del temazcal no hay de otra más que enfrentarlo todo y sanarlo con nuestros mismos pensamientos para poder seguir adelante.
Al final quedas completamente bañado en sudor y con un calor interno tan diferente, que lo primero que tienes que realizar al salir es darte un baño de agua fría para poner todo en orden nuevamente, y en mi caso, regresar a mis 5 sentidos después de meditar, entendiendo que estamos en este mundo para actuar, sentir, respirar y vivir todo al máximo.
Para mi, sin duda alguna, es una experiencia obligatoria que todos tendríamos que hacer por lo menos 1 vez al año, para poder tener todo en orden en nuestra vida (cuerpo, alma y espíritu). En esta primera vez, considero que fue bastante satisfactorio, pero ya les compartiré en una próxima ocasión otra de las formas en las que se puede realizar este ritual.
Aquí les dejo el video donde viví esta experiencia, como parte de un recorrido por Teotihuacán:
¿Ustedes ya han vivido esta experiencia?
¡Espero todos sus comentarios! 🙂